domingo, 28 de noviembre de 2010

Serenata

La luz acaricia
árboles y piedras
hasta quedar tendida
en la tierra.

El rumor lejano
de la neblina
se alza contra
la tarde pristina.

El aire se ahoga en los besos
que no se dieron.

Las palabras huelgan
en tanto amor inconfeso.

Un pájaro indefenso
cruza el cielo
buscando una brisa
que lo salve del vuelo.

Un mundo se duerme
harto de soles
y viajes celestes
y lunas y noches.

El viento tiende un jardín
de oportunidades perdidas.

El tiempo bate alas sórdidas
dejando estelas sin fin.

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