martes, 23 de febrero de 2010

Recorrido

Sobre las raíces
de tu sentido
yo edificaré
un nuevo mundo.
¡Si me dejas!
Que aún no entiendo
de agudezas
ni remiendos,
y de cuitas
y corazones
bien me harían
unas lecciones.
Recuérdame
aunque estés lejos,
que yo recuerdo
tus ambiciones.
Recuérdame
si eso quieres,
que no olvido
tus ilusiones.

domingo, 21 de febrero de 2010

Artero

No acepto tus mentiras
ni juego a tu juego
no sigo tus premisas
ni comparto tu acierto.

Posées tu edificio
tenés tus adeptos
siguen tus reglas
y todos tus preceptos.

Hacés lo que debés
honrás a tu puesto
mejor ignorame
no acepto tu reto.

jueves, 18 de febrero de 2010

Despertares

Era un sueño verde,
y azul, y violeta,
y volábamos libres
por tierras desiertas,
vagando en un valle
del que no eramos dueños
pero donde nos sabíamos
señores del cielo,
y la angustia de hoy
tañía su música
anticipando el reino
de su nota única.

Desperté hecho un ovillo,
ahogado en mis lágrimas,
sin aire en mi seno,
con penas acérrimas.

No sabía si era un sueño,
o si era tu tristeza.

martes, 16 de febrero de 2010

Nada

Ya ni llegan las palabras,
solo los tenues ecos
por siempre incansables
de los sueños que tuvimos.

¿No recuerdan qué era
lo que estábamos buscándo,
si acaso era importante,
si lo habíamos perdido?

Tal vez despertemos
un día y le encontremos,
o tal vez se aquiete un día
de recuerdos henchido.

Déjalo ir, ya volverá,
si ése es su destino;
quién sabe que nos aguarda
después de este desatino.

¿Acertijo?

sábado, 13 de febrero de 2010

Mi Canción

¡He perdido mi canción!
se la llevó una princesa
de cabello azabache,
y de singular belleza,
¿No la han visto pasar?
es como de ésta altura
y camina como el mar,
es inteligente y profunda,
¡No la pueden ignorar!
Aunque ella les ignore
llena de capricho y azar
y su razón les robe,
por favor si la ven pasar
díganle me tenga clemencia
y vuelva a mí con mi canción;
no es que me haga falta,
pero necesito una ocasión
en la que pueda decirle
que se lleve mi corazón.

jueves, 11 de febrero de 2010

Inmortal

Yo he sobrevivido
a muchas guerras,
a incontables plagas,
al frío que cierra,
al silencio que apaga,
de mil maneras
viendo al mundo
doblegarse apenas
cuando le hundo
mis garras,
gritando mi furia
y mi suerte macabra,
alzándome ante
la estupidez humana
siempre delante,
soñando con el amor
que no puede curar,
con el odio y horror
que no sabe matar,
de lo alto
y lo mezquino
y lo efímero
siendo mi destino
verme una y otra vez renacido
en el corazón humano...

¿Sabrás mi nombre
cuando acuda a buscarte?

¿Sabrás mi nombre
cuando pase a tu lado?

martes, 9 de febrero de 2010

Antíguo

Por secretos e indicios
he buscado largo tiempo
abandonando mi rastro
a los páramos y yermos;

He perseguido verdades
donde no las había
confundiendo su tregua
con simple melancolía;

Muchos años han pasado,
de los que pocas cosas
puedo recordar hoy,
si mi mente reposa;

Más las flores se marchitan
y nuevos soles nacen
aunque no les busquemos
ni la suerte nos alcance...

¡Déjame enorgullecerme
de los pasos que dí,
pues fueron míos,
y no les podré seguir!

domingo, 7 de febrero de 2010

Mejor

No puedo decirte
que seas perfecta,
pues debo serte franco
ya que sos tan sincera.

No puedo decirte
nada que ya no sepas,
si no escuchás razones
e ignorás toda moraleja.

Tal vez sea porque
estamos ya muy viejos
para falsas ilusiones y
los mismos desencuentros.

Pero sí me gustaría
si pasaras por aquí
algún día decirte que
sos perfecta para mí.

Más que Nunca

Si algo pudiera decirse
que nos hiciera libres,
que nos hiciera nosotros,
que nos quitara límites...

Si algo pudiera hacerse
que nos dijera qué buscar,
que nos diera un sentido,
que nos pudiera sanar...

¿Habría sabido decirlo?
¿Habría podido hacerlo?
Me pierde la angustia,
el tratar de saberlo.

Por lo que valga,
por lo que sientas,
por lo que importe,
por lo que quieras dar.

Por que, aún sin respuesta,
yo te pregunto a vos:
¿Cuanto vale una palabra?
¿Cuanto valen dos?

Durante Días y Días

Te vístes con el aire
y te cubres de tormenta,
con tu risa clara
y tu mirada amarillenta.

Muchos días te han cansado
y más se esconde en tu pecho,
lleno de orgullo y desafío,
de tus horas al acecho.

De tarde eres lucero,
a la noche eres luna,
siempre en mi cielo,
perdida en la altura,

Adonde no llega mi voz,
adonde vuelas libre,
adonde eres un regalo
de otro canto inaudible.

Quieran las estrellas
esta música llevarte,
pues eres como ellas,
luces, puras y abisales.

La Ilusión

Soy la Ola cuando rompe,
el Trueno cuando llega,
la Hoja cuando cae,
la Luna cuando asoma.

Soy el Viento cuando amaina,
la Lluvia cuando aclara,
el Arbol en la semilla,
el Horizonte en la celda.

No soy nada sin serlo,
pues soy una estatua hueca;
soy el orgullo del cielo,
el vacío en la apariencia.

Soy lo que quieras llamarme:
soy el que todo lo sueña,
soy el que todo lo sufre,
soy decepción y promesa.

La Espiral.

Muchas cosas ya se fueron
porque más no pueden ser
muy lejos y para siempre,
donde el sol del ayer.

¡Quiera el tiempo destructor
no sumar a su cortejo
a este malhadado amor,
que aún hoy de él protejo!

¿Sequirás siendo la misma?
¿O no sabré reconocerte?
Aunque seas dueña mía,
aunque no quieras tenerme.

Mis lágrimas me han quedado
al menos para saber siempre
que tiempo atrás me has querido
y yo por siempre he de quererte.

Fé.

Yo no creo en consignas,
que de tan gastadas,
dejan ver al otro lado,
detrás de su fachada.

No creo en vida después de la muerte,
en castigos para impíos,
en premios para justos,
ni en dioses empíreos.

No creo en un futuro
limpio, diáfano y afable.
No creo que llegue un día
en el que puedas amarme.

No creo en imágenes,
no creo en leyes,
no creo en márgenes,
no creo en reyes.

No creo en mis ojos,
aunque creo que son dos.
No creo en palabras solamente
porque las traiga una voz.

Pero siento el tiempo,
el cambio, los vientos...
Y siempre, siempre, siempre,
voy a creer en vos.

Bromista

Sentado en el suelo,
los pasos perdidos,
los ojos cerrados,
el aire rendido.

Pregunté a unas aves
por el eterno verano;
me cantaron su canción
y se fueron volando.

Oí al agua corriendo cerca;
por la fuente verdadera
osé preguntarle,
sin que me respondiera.

"¿Cuanto más hay?",
pregunté en voz alta...
Y el viento respondió:
"Cuanto haga falta".

Hoy

Soledad, dulce castigo,
amarga compañera,
de tu impronta no hay abrigo,
ni perdón a tu condena.

Solo queda la angustia,
la ausencia, y las ilusiones,
y por ellas sonrío,
¡Pues que bellas ilusiones!

Por Siempre

Dejame soñar con lo esquivo,
con lo lejano e incorpóreo,
allí donde tu sonrisa
lo ilumina todo.


Empecemos por el principio.