Incontables navíos izan sus velas
para abrazar al viento fugitivo.
Y al esquivo brillo del sol
se van a perseguir por entre las olas.
Incontables son los marinos
que se atan a las cubiertas.
Los viajeros que a otras tierras
van a llevar su destino.
Algunos vuelven con incontables riquezas
y menos contables aventuras.
Muchos ni regresan.
A todos los acecha el olvido.
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