En esta tierra indómita
nosotros somos
los jardineros de viento.
Sembramos semillas negras
con las que le hacemos
al tiempo nuestra guerra.
Regamos los vendavales
con el soplo de nuestras vidas
y el vacío en nuestros corazones.
Los visitantes se espantan
de lo inmenso de la estepa
que a nuestro jardín rodea.
Nos preguntan porque
no ponemos una verja.
Y nosotros respondemos
que nuestro jardín
es de viento.
Y nuestra siembra
es la tormenta.
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