sábado, 21 de enero de 2012

Libertad

Otro prisionero más
en esta carcel
de desconcierto
y pavimento.

Que mira
por la ventana
al indómito
firmamento.

Y se pregunta
por las aves
y el abrazo
del viento.

¿Por qué no le alcanza
el consuelo
de inventar leyes
y ordenamientos?

¿Por qué sus vecinos
en otras celdas
están contentos?

Los alcaides dicen
que los muros
los hacen libres
en un mundo imperfecto.

¿Es eso la libertad?

¿O la libertad
solo es una bandera
para darles a los desesperados,
el nombre de una quimera
para que los poetas
nombren  en sus versos?

El prisionero se pregunta
si la libertad no estará
en algún lugar
adonde los profetas no llegan,
ni los gobernantes de hombres
aventuran sus mentiras,
ni los dueños del hambre
nutren sus alcancías.

Me gustaría
decirle al prisionero
que no hay lugar en
nuestras celdas
para tales pensamientos.

¿Pero quien soy
yo para decirle nada?

Solo soy
otro viejo prisionero
abandonado
en esta carcel
de desconcierto
y pavimento.

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