miércoles, 2 de noviembre de 2011

Escombros a futuro

Es un ejército que lo cubre
todo hasta donde llega la vista.
A su número y poder no hay
fuerza que resista.

Respiran odio y muerte.
El fin de todo es su designio.
Son hombres y mujeres.
Algunos son niños.

Yo todavía los combato.
Detrás de los muros
de espíritu y espanto
aguantamos los más duros.

Recuerdo cada flor aplastada
por la marcha de sus huestes.
Recuerdo cada alma inocente
que fue alimento de sus cohortes.

Sé que son incontables
(victimas, almas y soldados)
las gotas de sangre derramadas
y los corazones desterrados.

¡Pero aún así recuerdo!
Aún así recordamos.
Aunque el tiempo no cambie.
Aunque seamos derrotados.

De este lado del asedio
alzamos monumentos.
Son como faros en la niebla
que guían nuestros lamentos.

Embisten a mi posición y a mis aliados
oleada tras oleada.
El acero que golpea ya está muerto:
el acero no teme a nada.

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