Los invitados cubren
con máscaras y sombreros
a sus verdaderos rostros
y a sus verdaderos deseos.
Todos bailan con la música
que pidieron a los siervos.
Los compases confunden
aquellare por concierto.
Y yo en el medio de todo
aturdido en demasía
de tener que atestiguar
tamaña hipocresía.
Hay altos y elegantes caballeros,
hay altas y bellas damas.
Las capas son negras.
Más negras son las almas.
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