miércoles, 10 de agosto de 2011

Remiendos

Versos malhadados,
juguetes de mi alma:
por favor diganme
qué ha sido de mi dama.

¿Se habrá ido muy lejos?
Yo les encomendé cuidarla.
Si ella ha de estar sola,
ustedes han de acompañarla.

Años largos que han pasado,
por este corto derrotero:
espero que le hayan encontrado
a su dolor un sosiego.

Por conjuros de la vida,
¿será que ella ha crecido?
¿O seguirá siendo una niña
como yo que aún hoy soy niño?

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