jueves, 30 de septiembre de 2010

Refugios

Crujen las vías del tren
llevándome por barrios ajenos,
por corredores y puentes
de atardeceres llenos.

Del otro lado de la ventana,
los muros se sostienen cansados
de los últimos rayos de sol
cual anciano de un cayado.

Por este desfiladero
vamos como un río,
sin conocer jamás
del otro lado escondido.

Volvemos en letargo,
tejiendo silencios mundanos.
¿Tenemos un hogar?
¿Adonde es que viajamos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario