Mil pájaros vienen a la ciudad
a cantar su trino.
Y nunca más se van.
Mientras los árboles se abrazan
a sus ramas,
sus raíces horadan el olvido.
Prisioneros ilustres en plazas
son los árboles, las ramas,
los pájaros y sus trinos.
domingo, 15 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
El Artista
No escuches los versos
de aquel juglar artista,
que es como mirar la mano
del ilusionista:
su único fin es desviar
la vista de la trampa.
No, no escuches su gesta
de héroes y heroínas,
su relato de pasiones,
de triunfos y caídas,
que la verdadera historia
está detrás de la que canta.
de aquel juglar artista,
que es como mirar la mano
del ilusionista:
su único fin es desviar
la vista de la trampa.
No, no escuches su gesta
de héroes y heroínas,
su relato de pasiones,
de triunfos y caídas,
que la verdadera historia
está detrás de la que canta.
jueves, 5 de junio de 2014
La noche me robó mis sueños
La noche me robó mis sueños.
Y yo juré venganza.
Así que tomé mi cuchillo
y tomé mi espada.
"Dejalos ir,"
Me dijeron.
"Que es mejor amanecer
con sueños nuevos."
Pero no había caso.
Yo estaba loco
por los sueños
que me robaron.
Había quienes
por mí se preocuparon.
Intentaron disuadirme
Con una sonrisa asustada.
Pero en mi mano izquierda
ya tenía el cuchillo.
Y en mi mano derecha
tenía la espada.
Así que salí a la noche
porque con mis sueños
se había llevado
también mi alma.
La noche estaba negra
como el acero.
Las estrellas llovían
su manta blanca.
Pero mi cuchillo era de oro.
Y mi espada era de plata.
Y yo juré venganza.
Así que tomé mi cuchillo
y tomé mi espada.
"Dejalos ir,"
Me dijeron.
"Que es mejor amanecer
con sueños nuevos."
Pero no había caso.
Yo estaba loco
por los sueños
que me robaron.
Había quienes
por mí se preocuparon.
Intentaron disuadirme
Con una sonrisa asustada.
Pero en mi mano izquierda
ya tenía el cuchillo.
Y en mi mano derecha
tenía la espada.
Así que salí a la noche
porque con mis sueños
se había llevado
también mi alma.
La noche estaba negra
como el acero.
Las estrellas llovían
su manta blanca.
Pero mi cuchillo era de oro.
Y mi espada era de plata.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)