miércoles, 27 de octubre de 2010

Cristales

Orgullosas se alzan
altas torres de diamante
contra un cielo violáceo,
refulgiendo en arco
que cae hacia el levante.

Es como si fueran
castillos de naipes.

Vasta se extiende
la línea de la llanura
sin sol ni estrellas,
corriendo muy lejos
a encontrarse a sí misma.

Se la ve solitaria,
un poco perdida.

Hay vacíos y lluvias
habitando estas tierras,
solo que no se dejan ver
por sus colores y tonos
y sus matices magenta.

Y en el medio de todo,
una canción sin letra.

Un rumor sin ruido.

Un susurro que vuela.

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