Solo diré de mis años caminando:
Que fueron largos años de viaje
para llegar
al linde de un lago.
Cuando mis pasos se acabaron,
Me quedé tan quieto
que a pesar
de la lanza en mi mano,
Venían los gamos
a beber
de la orilla a mi lado.
Al agua helada quedé mirando
sin saber
a quién me parecía más:
Si al espectro que acechaba
cautivo
en el reflejo del agua
o a la bestia que yace
indómita
detrás de mis párpados.
domingo, 7 de febrero de 2016
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